28 de maig 2008

Hem assaborit Colòmbia

Colòmbia ha estat el darrer país a qui hem dedicat el taller de cuina. Clàudia i la seua germana Dora ens han preparat uns menjars força diferents als que estem acostumats a menjar aquí: mazamorra, frijoles, chicharrones, arepas, patacones...






















22 de maig 2008

Contiuem assaborint el món

Ahir va tenir lloc el segon taller de cuina intercultural. En aquesta ocasió Latifa Ouchen, bereber, ens explicà tres menjars del Marroc: pollastre farcit amb fideus, pa fet a casa i pastissos a base d'ametlles, coco, jengibre i sèsam. També ens preparà el te com es prepara al seu país: amb dos cullerades de te, una branqueta d'herbabona, molt, molt de sucre i l'aigua bullint.


















































La setmana vinent, dia 28 de maig el país convidat és Colòmbia. Com les altres vegades serà a les 18 h. a la biblioteca de l'IES Flix.

19 de maig 2008

Felicitats a l'alumnat de l'AA de l'IES Terra Alta

Des d'aquí volem felicitar a tots i totes els alumnes de l'Aula d'acollida de l'IES Terra Alta i a la seua professora Mercè Gimeno perquè han guanyat un dels premis Baldiri Reixach per la revista que tenen a l'Aula d'Acollida.
Tenen obert un blog que podeu visitar http://blocs.xtec.cat/acollidaterralta

15 de maig 2008

Entrevista a Manuel Segura

Navegant per la xarxa he trobat aquesta entrevista que el diari La Vanguardia va fer al pedagog Manuel Segura, creador del Curs de Competències Socials Decideix I i Decideix II el dia 7 de gener d'aquest any.

Manuel Segura

Entrevista a Manuel Segura, en “La Contra” (La Vanguardia, 7 de enero de 2008).

Manuel Segura, jubilado, 60 años en la pedagogía, imparte cursos sobre competencia social

"Una de cada diez cabezas piensa y nueve embisten"

Manuel de Falla fue su padrino de bautismo, y de García Lorca, amigo de la familia, recuerda su alegría y sus ganas de vivir. "Hacía teatro con mis hermanos, a los que les dedicó un poema del Romancero gitano". Creció con la mente abierta y amando con entusiasmo la vida y a sus semejantes. Se formó en Barcelona e Inglaterra y fue durante muchos años profesor de psicología en la Universidad de La Laguna, pero siempre luchó por la reinserción de los delincuentes juveniles. Sus programas sobre educación primaria y secundaria que imparte a maestros en Catalunya y otras comunidades siguen mejorando las aulas, aboga por el pensamiento crítico, el aprendizaje lúdico y por trabajar las emociones.

IMA SANCHÍS - 07/01/2008

Nací en Granada y vivo en Almería. Soy jesuita. Me preocupa el individualismo, la falta de solidaridad. Soy doctor en Pedagogía. Viví 10 años en el Chile de Allende y 6 en el Paraguay del dictador Stroessner, que decía que nosotros éramos peces rojos nadando en agua bendita


¿Con qué programa educativo soñaba a los 30 años?

Con uno que pudiera recuperar a los marginados.

¿Lo llevó a cabo?

Sí, primero en reformatorios y luego se extendió a la primaria y secundaria. La idea básica es que, para que alguien sea persona, hace falta saber pensar, tener control emocional y valores morales. Sin una de esas tres patas, la silla se cae.

Lo de saber pensar escasea...

Antonio Machado decía que una de cada diez cabezas piensa y nueve embisten. Hay que saber pensar alternativas y consecuencias, y ponerse en el lugar del otro.

Conocer las emociones no resulta fácil.

Uno puede ser muy inteligente, pero si no controla sus emociones, el pensamiento se distorsiona. Y en cuanto a los valores morales, si la inteligencia sirve para explotar al otro, ¿dónde está la persona?

¿Y cómo lo hace?

La pata del pensar es la más fácil porque se aprende jugando, buscando alternativas, analizando posibilidades; es muy lúdico. Las emociones son algo más difícil: en primer lugar, deben reconocerlas, porque los niños no saben distinguir si están enfadados, aburridos o tristes. Hay 60 emociones básicas que enseño a distinguir, que entiendan por qué las sienten y cómo controlarlas.

¿Acepta adultos en sus clases?

Je, je... Una de las emociones que más atacan a los adolescentes es la depresión.

¿Qué les propone?

La terapia cognitiva, detectar cuál es el pensamiento que nos produce la depresión, cada uno tiene su pensamiento favorito.

¿"Nadie me quiere"?

Ese es muy común, y "soy un inútil". Durante una semana hay que rechazarlo sin discutirlo. Luego discutirlo, si es posible con un amigo, y si no, solo. "No sirvo para nada... No es cierto: canto bien...". De manera que cada vez que aparece el pensamiento negativo termina en algo positivo. Simple.

Pero difícil. ¿Lo enseña en las escuelas?

Sí, empecé hace unos quince años en Canarias y ahora mi programa se está aplicando en toda España. ¿Sabe lo que pasa?

¿Qué pasa?

Nuestra sociedad educa en el individualismo y la competencia, pese a que las empresas piden gente que sepa trabajar en equipo. Los jóvenes son impacientes, lo quieren todo ya, y cualquiera que se oponga se convierte en enemigo. Tienen una falsa seguridad en sí mismos y poca autocrítica. Eso hace difícil la educación, porque falta la comprensión del esfuerzo por conseguir algo.

¿Hoy los niños se hacen antes adultos?

Tienen un acceso a la información mucho mayor, pero eso no los hace más maduros. Te hace maduro el comprometerte, algo que hoy se aborrece porque parece que sea lo opuesto a la libertad. Hay que educar en valores: justicia, amistad, responsabilidad, sinceridad, bondad..., eso es convivir.

Lo que pasa es que la justicia es utopía.

Lo que pasa es que cada vez somos más conformistas. Hoy, los grandes ideales de muchos jóvenes son tener un trabajo, un coche y un piso. Su respuesta ante que el 75% de la humanidad se esté muriendo de hambre es que es su problema y que siempre ha sido así. Están abandonando ese sentido de justicia que sólo conseguiremos participando.

¿Propone a sus alumnos dilemas morales?

Sí, planteo el método de Kohlberg, que afirmaba que la moral no se puede imponer, se llega a ella a través de los dilemas: ¿le dejo mi pelota pese a que él no me dejó la suya?

Interesante.

Se plantean opciones y se escoge. Así se va avanzando por seis estadios formativos: el primero corresponde a la moral impuesta.

... Ahí nos hemos quedado todos.

Sí, en las multas y las prohibiciones. Pero seguiría el descubrimiento de la ley del talión (alrededor de los 7 años). Responder a las expectativas de los demás: agradar (12 años). Responsabilidad y autonomía (20 años). Y luego reconocer y luchar por el derecho de todos, y sentirse un igual.

... Eso son palabras mayores.

El problema empieza en la familia: los padres no saben si decirle a su hijo que devuelva la bofetada o que sea paciente y solidario.

Es que no es fácil.

Tenemos la idea de que sólo hay dos posibilidades: dejarse pegar o pegar, ataque o huida; pero también existe el diálogo. Yo creo en la persona, y sé que incluso los jóvenes delincuentes tienen un centro sano, hay que llegar a ese centro. Sabemos lo que hay que hacer para formar personas y no lobos.

¿Cómo se enseña a dialogar?

Mediante los cuatro pasos para resolver conflictos: diagnosticar el problema, buscar alternativas, pensar en las consecuencias y ponerse en el lugar del otro.

¿Y si el adolescente es contestatario?

La adolescencia es un momento de desencanto, ya no todos los sueños son realizables. Y tienen el deseo fortísimo de ser aceptados, pero ya como adulto. Les gusta que los trates como si tuvieran 20 años, que les des responsabilidad y te fíes. Pero como el cambio sucede tan deprisa, los padres los siguen tratando como a niños, se imponen.

En esencia, ¿en qué consiste educar?

Mucho cariño, es decir, paciencia, y normas claras, y a medida que va creciendo, más y más diálogo. Ser persona es relacionarse.



Barcelona, lunes 07 de enero de 2008

14 de maig 2008

Hem començat a assaborir el món



Avui s'ha iniciat el primer dels tres tallers de cuina a l'IES Flix. Hem après a elaborar tres plats típics del Regne Unit, que Debbie Bush ens ha explicat i que després hem assaborit. Han estat un pastís del pastor, fet de carn de corder, patates i verdures gratinat al forn, un pastís de pinya i nata i uns escons, que són una mena de "bollos" amb panses, farcits de mantega i melmelada. Tot boníssim! Ens han repartit les tres receptes i hem pogut canviar impressions de diferents menjars i de diferents maneres de cuinar.



Pastís del pastor
Scones



Debbie, explicant l'elaboració d'un plat
Escoltant Debbie



Llegint una recepta
Pinya de carlota

La setmana vinent, dia 21 de maig a les 18 h. i també a l'IES podrem degustar menjar del Marroc.

10 de maig 2008

Taller de famílies a Gandesa

Divendres 9 de maig a les 20 h. a l'IES Terra Alta va tenir lloc el segon taller dirigit a pares i mares dels centres educatius de Gandesa, amb el títol Normes i pautes.

El taller va anar a càrrec de Sílvia Vilanova i Natàlia Gabarró, dos psicòlogues de Tortosa, a qui ja havíem escoltat en el primer taller Parlant la gent s'entén, organitzat tots dos des de la Xarxa Educativa Terra Alta (XETA).

En aquesta ocasió, van parlar de la importància de posar normes i límits als fills i filles, de les actituds a prendre a l'hora d'imposar els límits, de responsabilitat i autonomia; dels tipus de càstig i dels tipus de premis. Es van fer dinàmiques amb casos pràctics on el públic assistent va poder participar activament. La sessió es va acabar amb unes orientacions pràctiques molt útils que de segur ens ajudaran a educar millor els nostres fills i filles.

A cada un dels assistents es regalà un punt de llibre amb iman on hi ha transcrita la carta d'un infant a tots els pares del món.


08 de maig 2008

ASSABORINT EL MÓN

L'IES Flix ha organitzat uns tallers de cuina intercultural que se celebraran els dies 14, 21 i 28 de maig a les 18 h. al mateix centre.

En tres setmanes consecutives coneixerem la manera de cuinar de tres països i en podrem fer un tastet.

El dia 14 el país convidat és Regne Unit: Debbie Bush elaborarà un plat típic del seu país; el dia 21 Latifa ens explicarà un menjar del Marroc i el dia 28 serà Clàudia Ortega qui ens oferirà un plat de Colòmbia.

Els tallers compten amb el suport i la col·laboració del CEIP Enric Grau Fontseré, l'AMPA de l'IES, l'AMPA del CEIP i l'Ajuntament de Flix.
Esperem que participi molta gent del taller i que vagi de gust.

07 de maig 2008

ENS EN SORTIREM


Tal i com us vam enunciar fa uns dies, ahir va ser la conferència de Vicenç villatoro Compartir normes, compartir principis, una xerrada sobre la multiculturalitat present en la societat catalana.
Transcric un article que va publicar el sr. Villatoro a la revista Escola catalana, núm. 432 el setembre de 2006, que és el resum de la conferència d'ahir.

Compartir formes, compartir principis

La societat catalana, com tantes altres societats europees i occidentals, viu amb una inquietud més o menys esperançada una situació històricament inèdita. La barreja de les migracions, les noves tecnologies de la informació i la comunicació, la irrupció dels mitjans de comunicació de masses i de les grans indústries culturals, han generat una realitat de la qual no tenim precedents i que encara no sabem ben bé com hem de gestionar.

Sobre un mateix territori tenim persones i comunitats que parlen llengües diverses, que tenen religions diverses, que procedeixen de medis culturals i de referències molt allunyats entre ells i, sobretot, que molt sovint se senten més pròximes a persones i comunitats que estan físicament lluny que no pas amb seus veïns de territori. Fins fa uns anys, la proximitat física creava uns vincles molt potents, que actuaven com a cohesionadors —amb més o menys èxit— de cadascun des espais.

Avui no és exactament així. Avui ens poden trobar enmig de Terrassa amb un nombre molt important de persones que tenen connectada per via parabòlica la televisió marroquina i que per tant saben amb més precisió quina és la temperatura avui a Casablanca que no pas la de Sabadell. Però ens podem trobar també amb joves que per les seves afinitats culturals o estètiques se senten més pròxims, i estan més relacionats, a joves com els de París o de Berlín que no pas als seus veïns d’escala. Ens trobem amb un munt de comunitats que es construeixen per religió, per llengua, per cultura, per referències, per afinitats, per interessos, i que no tenen res a veure amb el territori, que se salten totes les fronteres físiques i polítiques. Però al mateix temps ens trobem amb la necessitat que dins de cada territori aquestes comunitats i aquestes persones convisquin. Per entendre’ns, avui en dia, cadascun de nosaltres pertanyem a dues menes de comunitats: unes de virtuals, que viuen en l’ espai globalitzat dels mitjans de comunicació, d’internet, de les idees i de les afinitats; i unes de territorials, que ens vinculen als nostres veïns d’espai, que de vegades estan molt lluny pel que fa a llengua, cultura, interessos o referències.

Aquesta nova realitat té unes grans possibilitats i obre expectatives extraordinàries. Però també provoca problemes nous. Centrem-nos en una part d’aquests problemes. Fa uns anys, garantir una mínima cohesió social a l’interior d’un territori semblava relativament senzill, perquè dins d’aquest territori hi havia una gran quantitat de coses compartides. Fixem-nos que l’expressió mateixa, «cohesió social», va néixer per lluitar contra les desigualtats socials provocades pels diferents nivells de renda o d’educació. Per entendre’ns, es demanava cohesió social per evitar la confrontació entre rics i pobres. Però l’expressió ha anat evolucionant i ara parlem de cohesió social per evitar que grups ¡ persones de procedències, religions, llengües, universos de referència diversos i que viuen en un mateix territori acabin generant guetos impermeables.

En la nova situació catalana —i occidental en general— la qüestió es planteja a partir d’una pregunta central: que han de compartir, com a mínim, tots els habitants d’un territori per tal de constituir una societat mínimament cohesionada. Per tal de no viure simplement els uns al costat dels altres, sinó per constituir una certa unitat de projecte i de convivència. Fa uns anys, el gran debat polític era exactament invers: en societats en les quals moltes coses eren naturalment compartides, es tractava de definir els espais de la diversitat, de la dissidència, allà que cadascú podia tenir de diferent, per (al que aquestes societats no desemboquessin en el totalitarisme i en l’uniformisme Ara fem exactament el contrari: sortim d’uns territoris habitats per persones i comunitats que tenen diferències visibles, i el que hem de definir és quin és i fins on arriba l’espai compartit, la plaça pública comuna on tots participem i on situem les coses que ens uneixen i ens cohesionen.

És clar que en aquest espai compartit hi ha d’haver normes i procediments. Perquè hi hagi una societat i no tan sols una acumulació de comunitats i de persones impermeabilitzades, cal que tinguem unes regles de joc comunes consensuades o acceptades per tots. Parlo de les lleis, dels procediments democràtics, dels sistemes polítics, fins i tot de les convencions pràctiques com són les normes de circulació o les formes d’utilitzar l’espai públic, allà que anomenem duna manera o altra «civisme». Però no crec que en la plaça pública hagi d’haver-hi només regles i procediments. Aquestes regles i aquests procediments no neixen del buit. Són el producte d’un mínim sistema de valors. Si les lleis diuen que no es pot matar ni agredir una per¬sona, és perquè hi ha uns valors que inspiren la declaració deis drets humans. Si escollim els nostres governants per votació és perquè hi ha uns valors que defineixen les persones com a iguals en dignitat i en drets, homes i dones, i rics i pobres. Si les nostres lleis consagren la llibertat d’expressió i de pensament és perquè considerem que la nostra plaça pública està regulada pel bé comú de les persones i la seva llibertat i no pas pel mandat diví o per la seva interpretació religiosa. Per tant, a la plaça hi tenim procediments, però hi tenim també alguns valors, que fonamenten aquesta procediments.

¿Hi tenim més coses? Doncs jo crec que sí. Per exemple, jo crec que hi tenim la llengua. No crec que en el futur hi hagi societats monolingües, en les quals tots els seus habitants facin servir la mateixa llengua a casa, a la família, al temple. Però tots els habitants han de conèixer una llengua comuna per tal de relacionar-se a la plaça. I aquesta llengua comuna l’ofereix i la posa a disposició de tothom la societat d’acollida, per evitar la discriminació i la segregació dels qui vénen i per evitar-se ella mateixa la fragmentació i la manca de cohesió. I jo crec que en aquesta plaça comuna hi ha d’haver també el coneixement del territori compartit, del que ha esta la seva història i la seva tradició. Els territoris no tenen ni llengua ni religió ni ideologia. Però tenen topònims, tenen patrimoni, tenen història. El coneixement compartit del territori compartit també em sembla imprescindible en l’espai públic.

En aquesta dialèctica entre allò que en un territori és parcial —individual o comunitari— i allò que és compartit i comú. les fronteres són difícils d’establir. Els models on s’ha volgut compartir massa —França— no han funcionat, però els models on s’ha volgut compartit massa poc —Holanda— també han portat problemes. Nosaltres haurem de construir el nostre propi model, a través de la reflexió. de la pràctica i del tempteig. El que és obvi a que l’ensenyament està en la plaça pública. El faci qui el faci. La formació de les noves generacions no és un espai fragmentat, propi de cadascuna de les comunitats que formen la societat, sinó que està en la plaça pública, en l’espai de les coses compartides. Certament, hi ha formacions especifiques que cada comunitat ha de poder assumir. Però hi ha una formació bàsica que ha de ser compartida. El nostre debat ha de ser, avui, què és el compartit i què és l’específic de cada grup. La religió no és avui una realitat compartida, tot i que ha de ser una realitat respectada. ¿I la indumentària? ¿I les normes dietètiques nascudes de les creences diverses? ¿I les festes? Només sabem a hores d’ara que en la societat del futur els habitants del mateix territori no ho compartirem tot. Però no pot ser que no compartim res. Perquè no serem una societat, sinó una suma desorganitzada. Comencem a discutir què és el mínim que hem de compartir.